La necesidad de R-inventar la gestión
Si parece tan obvio que el mundo es cada vez más exigente, incierto y cambiante, ¿por qué entonces las organizaciones siguen utilizando modelos de gestión diseñados para escenarios simples, predecibles y estáticos? Es tan absurdo como insistir en usar fax en la época del email.
En efecto, las formas de gestión que se siguen utilizando en la mayoría de las empresas, están obsoletas porque fueron diseñadas para un mundo simple en el que no hay que inventar la rueda. En un contexto simple, bastará con seguir los manuales y realizar las planificaciones de mediano y largo plazo. Es una mirada Tayloriana donde la estandarización de los procesos y la separación del trabajo son las claves de una buena gestión. Pero ese mundo ya no existe.
El modelo Cynefin del teórico británico Dave Snowden, nos da algunas luces de los tipos de contexto que hoy deben enfrentar las organizaciones, y van desde el más simple (que prácticamente ya no existe), al más caótico o desordenado. Cada uno de esos escenarios requiere tipos diferentes de respuestas. Por ejemplo, después de la escala de lo simple, existen “escenarios complicados” donde todavía se pueden resolver problemas con cierta mirada tradicional, pero acudiendo a los expertos. Muchas empresas se siguen moviendo en este ámbito.
Sin embargo, hoy vivimos en un mundo que ni siquiera es complicado, sino que en la escala de Snowden, es complejo, caótico y desordenado. Un “mundo líquido” en la definición de Zygmunt Bauman, donde las formas de gestión diseñadas para “mundos sólidos” no servirán para nada.
La complejidad, el caos y el desorden, son difíciles de predecir y viene dada por los constantes cambios en los consumidores, los vertiginosos avances tecnológicos, los vaivenes económicos, y las exigencias sociales, legales y culturales. En estos escenarios, ni siquiera los expertos tendrán las respuestas pues es la misma organización quien debe desarrollar una forma de adaptarse rápidamente y responder.
¿Dónde está la solución entonces? ¿cuáles son los modelos de gestión necesarios para el contexto actual y futuro?
Algunas respuestas las podemos encontrar en los postulados de Nassim Taleb o en lo que llama “antifragilidad” o la capacidad de un sistema para prosperar y mejorar en respuesta al estrés, la volatilidad y la incertidumbre.
Postula que la antifragilidad es una característica intrínseca de los seres vivos y lo que les ha permitido la evolución. Es distinto a la “resiliencia” que se refiere a la capacidad de un sistema para resistir y recuperarse de un choque o una perturbación, pues la antifragilidad va más allá, permitiendo que un sistema crezca y se fortalezca a través de la exposición al estrés y la volatilidad. Es una forma de generar “anticuerpos organizacionales” que permiten reaccionar a los estímulos en un contexto donde el entorno no es predecible o controlable.
Además de desarrollar sistemas antifrágiles, hay otras claves indispensables para que una organización desarrolle sistemas de gestión modernos. Entre ellos:
- Incorporar en el nivel estratégico la búsqueda de sustentabilidad y sostenibilidad de las empresas, así como impactar positivamente en el medio ambiente y en las comunidades.
- Incorporar la inteligencia artificial como herramienta de gestión.
- Desarrollar un sistema de inteligencia contextual que permita leer los cambios del entorno, gestionar el presente y proyectarlos en escenarios futuros.
- Diseño de escenarios futuros no lineales.
- Agilidad organizacional.
Las empresas que no incorporen estos nuevos modelos de gestión, e insistan en comportarse como dinosaurios en un mundo moderno, sólo estarán destinadas a la extinción.