Una organización sin buenos líderes en estos tiempos, es como un barco que va derecho contra un arrecife, aun teniendo la mejor tecnología. Y sabemos cómo termina esa historia.

Los contextos actuales están llenos de olas, tormentas, arrecifes y cambios impredecibles, que son imposibles de sortear sin una organización capaz de adaptarse y líderes que puedan guiarla hacia el éxito.

¿Qué tipo de líderes requieren los tiempos disruptivos?  Antes de hablar de los líderes adecuados a los nuevos contextos, hablemos de cómo suelen ser los liderazgos tradicionales. Sí, porque pese a ser modelos obsoletos, hay muchos líderes que se siguen comportando con una mirada Tayloriana de la gestión. Esto es, desde el paradigma del control, la jerarquía, eficiencia por sobre las personas, la autoridad por el rol y no por la legitimidad de su comportamiento; perfiles técnicos y rígidos, que carecen de habilidades blandas.

En efecto, los líderes tradicionales tienden a valorar las estructuras jerárquicas rígidas y el control top-down. Este enfoque puede limitar la iniciativa individual y desalentar la innovación al requerir que las decisiones sean aprobadas por múltiples niveles de gestión.

Si hemos dicho que las organizaciones deben transitar hacia la agilidad para poder adaptarse más rápidamente a tiempos de disrupción, un líder con esas características sólo será un obstaculizador del cambio.

El principal problema, es que las organizaciones establecen para sus líderes, metas personales que se centran en competencias técnicas, con lo que se refuerzan los liderazgos tradicionales. Por tanto, son las mismas empresas quienes entregan incentivos para estos perfiles, desconociendo que son precisamente los liderazgos quienes pueden movilizar (o no) los cambios culturales. Dime los líderes que tienes, y te diré quién eres (o para dónde vas).

Las competencias requeridas por los líderes que permitirán que las organizaciones puedan enfrentar los nuevos contextos, comienza con personas capaces de fomentar la innovación, el cambio y la adopción de nuevas tecnologías. Son quienes logran fomentar un ambiente donde se valora la experimentación y el aprendizaje continuo.

Los líderes, que podríamos llamar, “ágiles” pueden adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y a las demandas internas. Saben leer e interpretar los elementos del contexto, y promueven estructuras horizontales que mejoran la comunicación y colaboración.

Asimismo, serán capaces de transmitir el propósito de la organización, su estrategia, así como movilizar para su adecuada ejecución. Es alguien que no sólo es consciente de los valores organizacionales, sino que los encarna y los vive en el día a día. Con ello, permeará al resto de la cultura organizacional.

Este estilo involucra a los empleados en las decisiones importantes y en el diseño e implementación de nuevas soluciones basadas en tecnología.

Un líder ágil. Facilitará la experimentación sin promover una cultura que demonice el error y lo vea como valor para innovar.

Asimismo, los líderes ágiles son capaces de ajustar las tácticas y estrategias a medida que cambian las circunstancias. No están casados con un solo enfoque y están dispuestos a experimentar y pivotar cuando es necesario.

Este tipo de líderes promueven la autonomía y la toma de decisiones descentralizada, permitiendo que los empleados asuman la responsabilidad de sus proyectos. Esto no solo acelera la innovación, sino que también aumenta el compromiso y la satisfacción en el trabajo.

El liderazgo no sólo impulsa el cambio, sino que también modela el comportamiento, establece las normas y crea el ambiente necesario para que la transformación sea efectiva y sostenible.

¿Tienes los líderes que requiere la organización del futuro? En Take Up tenemos experiencia en diagnosticar y formar a los líderes que requieren las organizaciones que buscan ser exitosas en tiempos disruptivos.

Lo único constante hoy, es el cambio. Por lo tanto, contar con los mejores líderes para las transformaciones culturales, parece no ser sólo una opción.