¿Cómo sobrevivirán las organizaciones en un futuro tecnológico? Siendo lo más humanas posible.
Mientras más avanza la tecnología, más necesitaremos de lo humano. Muy probablemente la tecnología se hará cargo de muchas de las competencias técnicas, y el trabajo repetitivo. Y en ese escenario, son las habilidades propias de lo humano las que tendrán mayor valor.
De hecho, las habilidades humanas son los pilares de los “Power Skills”, una mezcla entre competencias técnicas, pero principalmente aquellas antiguamente llamadas, “habilidades blandas” que son más humanas.
El Foro Económico Mundial menciona las habilidades humanas con demanda creciente en el futuro. Entre ellas, el pensamiento crítico e innovación, el aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje, la creatividad originalidad e iniciativa; el diseño y programación de tecnología; pensamiento crítico y análisis; solución de problemas complejos; liderazgo e influencia social, inteligencia emocional, razonamiento, ideación y solución de problemas, análisis sistémico y evaluación.
Según Linkedin, el 57% de los líderes dicen que las habilidades blandas son más importantes que las habilidades duras.
Así que tenemos que traer de vuelta al ser humano al trabajo. Por más que la tecnología como la inteligencia artificial se acerque a las competencias humanas, hay habilidades que es improbable que alcancen nuestro nivel. Por ejemplo, la creatividad que es la base de la innovación. Un estudio de PwC señala que la creatividad e innovación son las habilidades más difíciles de encontrar para el 77% de los CEOs encuestados.
Igual de importante es reclutar y entrenar el pensamiento crítico. Es decir, la capacidad de salir de ti mismo para escuchar objetiva y activamente diferentes perspectivas, estar abierto a evaluar distintas posibilidades y tomar mejores decisiones con la información disponible.
También las habilidades de comunicación efectiva serán cada vez más críticas. Si bien las máquinas pueden imitar ciertas formas de comunicación, nunca podrán imitar la empatía, la comprensión profunda, y la capacidad de conectar emocionalmente que son exclusivas de los seres humanos.
Las «Power Skills» no son solo habilidades necesarias para los empleados individuales; son fundamentales para la supervivencia y el éxito organizacional en un futuro tecnológico. Las empresas que inviertan en estas competencias estarán mejor equipadas para enfrentar desafíos inesperados, adaptarse rápidamente a cambios en el mercado y fomentar una cultura de innovación continua. En este sentido, las organizaciones deben ver el desarrollo de las «Power Skills» como una inversión estratégica que no solo garantiza la competitividad en el presente, sino también la resiliencia y el liderazgo en un futuro incierto.
Así, mientras la tecnología continúa absorbiendo tareas técnicas y repetitivas, las «Power Skills» se convertirán en el verdadero diferenciador que permitirá a las organizaciones no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno disruptivo.