Otro tipo de gestión, SÍ es posible
¿Puedes imaginar un mundo donde las empresas no tengan jefes, las decisiones (incluyendo el sueldo) las tomen los equipos, y en las que sí se gane dinero, pero también se contribuya al mundo? Claro que nos va a sonar como novela de Orwell, porque la mayoría de las empresas que conocemos son tradicionales, jerárquicas (impensable la extinción de las gerencias), competitivas y con un enfoque más cercano a la depredación, pues sólo buscan la utilidad económica sin importar el impacto negativo de su quehacer.
Este tipo de empresas, son lo que Frederic Laloux llama organizaciones “naranja”, o aquellas que se caracterizan por maximizar la rentabilidad y el crecimiento en un entorno competitivo. Ejemplo típico, son las grandes corporaciones y multinacionales. El problema, es que en los contextos actuales, y especialmente en las exigencias del futuro, este modelo quedará obsoleto.
En efecto, ya están emergiendo empresas con nuevos paradigmas de gestión y que probablemente se adaptarán mejor a los nuevos entornos complejos, ambiguos y volátiles. Estas organizaciones “verdes” se caracterizan por poner al cliente al centro, pero no sólo como una estrategia de marketing, sino como parte de su propósito. Ejemplo de predominancia verde son Amazon o Spotify, empresas que incluso ofrecen nuevos servicios o innovaciones que las personas no han pedido ni pagado.
No obstante, las empresas del futuro deberán aspirar a un color todavía más brillante. Se trata de las organizaciones “turquesa”, que se caracterizan por ser evolutivas y se basan en la autorregulación, la autogestión y la búsqueda de un propósito más profundo. Estas organizaciones no tienen jerarquías tradicionales y confían en la toma de decisiones distribuida.
Son empresas que sí buscan la utilidad, pero de una manera sostenible y con la convicción de que deben contribuir no sólo en sus comunidades, sino al mundo. Puede sonar algo ingenuo, pero estas empresas sí existen. Un ejemplo es la norteamericana Morning Star que cosecha, procesa y transporta tomates, y tiene entre 400 y 2.400 trabajadores dependiendo de la temporada. En esta empresa, todas las decisiones relacionadas con gestión de personas como los aumentos de sueldo, evaluaciones de desempeño, horarios etc, son definidas por los propios equipos.
Y hay experiencias más impactantes. En 2021, el equipo de Take Up viajó a los Países Bajos para conocer a Buurtzorg, una de las compañías turquesa más emblemáticas. Se trata de una organización dedicada a cuidados médicos con más de 15 mil colaboradores, donde no existe ni un solo gerente. Las decisiones están radicadas en los equipos que han definido sus propias prácticas de gestión.
Los equipos son responsables de organizar su propio trabajo, coordinar con otros equipos y tomar decisiones sobre contratación, capacitación y administración de recursos. Y sí que funcionan. Al punto, que han ahorrado al Estado, hasta el 40% en el costo de la prestación de ese tipo de servicios. Por si fuera poco, sus niveles de satisfacción al cliente son excepcionales: 8,5 puntos en una escala de 1 a 10.
Take Up, fue la primera consultora chilena que visitó esta empresa “aprendimos de sus modelos de gestión, y conocemos las claves necesarias para que las organizaciones transiten a estos nuevos paradigmas”, señala Erika Rodríguez CEO de Take Up.
Lo cierto es que las organizaciones que no entiendan que no pueden mantenerse en paradigmas naranjas, quedarán en el camino, pues lo que el mundo está exigiendo hoy son nuevos modelos de gestión, sostenibles, sustentables, flexibles, innovadores y amigables con la comunidad en la que se insertan.